Actualmente existen suficientes conocimientos aportados por la investigación científica y la práctica educativa para ser eficaces en la detección temprana, identificación e intervención con los escolares que presentan indicios de requerir necesidades específicas de apoyo educativo por altas capacidades intelectuales. En el contexto educativo en que nos movemos en este país, los conocimientos adquiridos en los últimos veinte y cinco años permiten disponer de criterios fiables para dicho fin. Por ello, conviene reafirmar y socializar estos principios de manera que, cualquier profesional de la educación o las propias familias dispongan de una información cercana y sencilla. Lo que se ha venido haciendo en Canarias en los últimos doce años así lo confirma al haber sido posible una amplia divulgación de estos conocimientos, pasando al estado de normalidad la identificación e intervención con este alumnado en toda la comunidad educativa. Por otro lado, una muestra de la fortaleza del modelo de actuación que se ha implantado en Canarias, es la escasa presencia de falsos positivos en los seguimientos posteriores de aquellos alumnos identificados tempranamente, así como, el reducido número de alumnos no detectados inicialmente pero identificados en cursos posteriores y también la reducción de las quejas por parte de las familias, ante la Inspección Educativa, porque ya sus hijos no se aburren en clase y son atendidos adecuadamente, si bien esta es una tarea que le queda mucho recorrido pendiente. Tal como recoge la LOE y compartimos nosotros, la respuesta a estos escolares debe realizarse en un contexto inclusivo, alejado de algunas propuestas segregadoras que pretenden educar a estos estudiantes, aislados del resto de la población escolar.
http://www.revistadepsicologiayeducacion.es/pdf/95.pdf
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